La semana pasada publicamos un vídeo sobre Los Amigos y el Reino de Dios. Pero, ¿la palabra “Reino” es anticuada o incluso ofensiva? Callid Keefe-Perry explora la carga detrás de la frase y explica por qué sigue usándola.
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Preguntas para el debate:
- ¿Te parece que el lenguaje “Reino de Dios” tiene sentido para ti?
- ¿Te parece problemático? ¿Por qué sí o por qué no?
Transcripción:
Quiero reclamar el “Reino de Dios” para decir que hay algo en la cima de este mundo para mí que no es solo el mundo. Hay una llamada a ser un ser espiritual en el mundo, y algo, alguna fuerza, algún poder, algún gran amor está a cargo.
Por qué sigo usando la palabra “Reino” a pesar de la carga
Así que, cuando pienso en el Reino de Dios, una de las primeras cosas que surge son las voces de muchos Amigos que dicen: “¿Reino? Uf. No me gusta mucho el patriarcado ahí, hermano. ¿Podemos alejarnos un poco del Reino y llamarlo la comunidad de Dios, o tal vez el Rein-o de Dios (quitando la ‘g’)?” Y yo no hago eso. Yo digo el Reino de Dios, y lo digo porque creo que, en virtud de nuestro bautismo en el Espíritu (Santo) por el cual nos convencemos de ser Amigos o cristianos de cualquier tipo, cuando decimos sí a Dios estamos diciendo no al César, y por lo tanto sí tenemos un Rey, es una jerarquía, y Dios está en la cima.
Carga colonial
Ahora bien, ¿es ese Dios un viejo blanco en el cielo? No. ¿Es ese Dios necesariamente la masculinidad encarnada? No. ¿Es “Rey” una palabra masculina? Sí. ¿Me entusiasma eso? No. Pero, ¿sabes qué? Eso es lo que tengo en inglés. ¿Viene con un montón de carga colonial y basura? Sí. Sí, la tiene.
Pero renunciar al señorío del Reino de Dios significa que no estoy seguro de que haya alguien a cargo allá arriba, y está bien si no es nadie en particular, pero ¿no hay nada? ¿Nadie? Entonces, ¿qué es este poder que tenemos? ¿Qué es este poder que tenemos en una Junta cubierta? ¿Qué es una Junta reunida si algo no nos está mediando?
Prometer lealtad al reino
Es a esa cosa a la que declaro lealtad. Es a ese poder que está por encima de todos los poderes, ese poder sagrado que nombro como Dios, que nombro como rey —Cristo Rey—, al que digo que estoy prometiendo mi lealtad. Y así, es al Reino de ese Dios, al Reino de los cielos y al Reino de Dios, al que me esfuerzo por trabajar, para que el Reino en la Tierra pueda realizarse como lo es en el cielo, para que el león pueda acostarse con el cordero y podamos tener relaciones que estén menos llenas de conflictos y menos ordenadas en el capitalismo de tiburones y los modelos consuntivos de lo que hace que una buena persona sea una buena persona —lo que hace que alguien se sienta orgulloso, sano y exitoso— y, en cambio, ordenemos nuestras vidas en el amor y la compasión mutuos, de la manera que creo que Dios querría que hiciéramos.
Las opiniones expresadas en este vídeo son de los oradores y no reflejan necesariamente las opiniones de Friends Journal ni de sus colaboradores.


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